Ella sabía que él no era su “príncipe azul”, lo sabía pero tampoco encontraba ninguna razón para irse.
Sí había pequeñas cosas, alguna rareza adquirida tras tantos años de vivir solo… pero ella pensaba que quizás ella misma también tendría alguna.
Llevaban ya más de un año conviviendo en la misma casa… ella seguía sabiendo que él no era la persona que buscaba pero la rutina la arrastraba en su día a día.
Un día su entorno empezó a preguntar por boda, niños y futuro. Él se contagió de ese entorno y comenzó a planear un futuro para los dos. Y ella? Alguien le preguntó a ella qué quería? Sabía que eso no era lo que quería y lograba zafarse de cada conversación en la que le preguntaban o planeaban su futuro sin contar con su opinión.
Aquella mañana ella se despertó con la determinación de que aquel sería el último día. Él ya se había ido, recogió sus cosas, las llevó a su casa y esperó a que él volviera.
Él no supo encajarlo y perdió los papeles. Ella vio como esos pequeños detalles de celos que había visto a lo largo de ese tiempo se transformaban en sentimientos de posesión y pensamientos machistas.
En ese momento a ella se le disiparon todas las dudas… estaba segura de no querer eso en su vida… lo vivió de niña, lo intentó ignorar de adolescente y sabía que ahora, siendo una mujer, el miedo no tenía cabida en su vida.
Salió por esa puerta sin mirar hacia atrás.
Desde entonces es más feliz y disfruta cada instante, porque sabe que el miedo NO va a estar cerca nunca más.
CADA DÍA SON MÁS LAS MUJERES QUE DENUNCIAN A SUS PAREJAS E INTENTAN UNA NUEVA VIDA. PERO TODAVÍA QUEDAN MUCHAS QUE, DESGRACIADAMENTE ACABAN PREDIENDO LA VIDA EN MANOS DE SU PAREJA.
Cosas que nunca te dije 