Abro los ojos, me giro y te veo ahí a mi lado.
Me miras en silencio, susurras un «buenos días» y me abrazas.
Mis ojos se vuelven a cerrar al estar entre tus brazos.
Me regalas pequeños besos y cuidadosas caricias.
Dices algo que no llego a entender.
Y así poco a poco voy despertándome.
Te devuelvo los besos y las caricias.
De repente, tras un cálido beso, te vas.
Me quedo sola entre tus sábanas, te pido que vuelvas.
Y vuelves…me sacas de la cama y me arrastras a la cocina.
Ummmm… una tostada, un zumo y un cafelito para coger fuerzas.
A ritmo de besos caminamos despacio de vuelta al dormitorio.
Los besos aumentan de intensidad…tus manos recorren mi cuerpo.
Va creciendo la pasión entre los dos, hasta explotar en un momento mágico.
Minutos mágicos… exhaustos y abrazados recuperamos el aliento.
Con sonrisa tonta, encaramos un nuevo día.
Cosas que nunca te dije 